Crónicas de una mamá primeriza. Parte I


Todas las mujeres que se convierten en mamás pasan por el mismo proceso, pero ninguna historia es igual a otra, por eso contaré la mía a ver si le sirve de referencia o consuelo a alguna.




Para aclarar un poco el panorama, soy una persona que creció en un hogar disfuncional.  No me faltó amor ni cariño, pero no lo tuve de mi padre ni de mi madre (por lo menos, no que yo recuerde), sino, de una abuela que me crió como hija suya y una tía que siempre fue mi mejor amiga. Creo que eso contribuyó a que yo no fuera una persona con apego a los niños.

A lo contrario de todas las creencias y estándares de la sociedad, eso de que te deja el tren, que es mejor tener a los hijos antes de los 30, que después los embarazos son de alto riesgo, que bla bla bla, yo quedé embarazada después de mis 30 y para ser sincera sin tanto apuro. Soy de la opinión de que todo en esta vida tiene su momento ideal y que si fuerzas a que pase algo antes de tiempo, las cosas no irán bien. Hay personas que están preparadas para ser padres antes que otras y hay personas que no quedan preparadas nunca, cada quien tiene su tiempo.

Y un buen día se nos hizo el milagro. Era un bebé planeado y muy esperado por mi pareja y yo. El día en que lo confirmamos yo aun no me hacía la idea, pero definitivamente los malestares me lo re-confirmaban a cada instante.

La primera vez que vi al bebé por el ultrasonido y escuché los latidos de su corazoncito, se me salieron las lágrimas y no comprendía ni porque. En ese instante me di cuenta de lo real que era todo esto y que las mamás son lloronas hormonales. Creo que a partir de allí es que todo empezó a cambiar, ya no estaba yo sola, ahora tenía a esta pequeña criatura por quien debía velar. Poco a poco fui comprendiendo que significa eso de "Ser mamá es sacrificio", no es solo cuando nace el bebé, es desde el primer día del embarazo. Todos los achaques, malestares y complicaciones que te vienen, al final, tu sola tienes que lidiar con ello e ir adaptandote a todo eso, porque la mayoría de esos achaques no se alivian con medicamentos y básicamente todo el embarazo es aguantar, aguantar y mas aguantar.

Los cambios químicos que empieza a tener el cuerpo son casi desde el inicio del embarazo antes de que aparezca la panza. Se agudizan hasta lo exagerado los sentidos de oído y olfato. Se vuelven desagradables muchos olores, hasta los que antes me agradaban, ahora me provocaba un asco increíble.  

Es como una transición de una mujer normal a una super mujer.

Mi embarazo fue corto, solo de 29 semanas, 7 meses aproximadamente y la verdad pienso que me fue bien, no tuve grandes molestias ni cambios negativos en mi cuerpo. Solo a partir del sexto mes tuve unas complicaciones que me obligaron a guardar reposo absoluto y adelantaron el parto por cesárea.
El día en que me ingresaron a urgencias del hospital no tenía pensado que sería el día en que daría a luz a mi bebé.  Tenía unas contracciones muy fuertes que me habian comenzado la noche anterior y no era la primera vez que pasaba e iba al hospital por ello. Apenas un día atrás me había puesto la última de las dos inyecciones de corticoides que sirven para madurar los pulmones del bebé y estaba super preocupada de lo que podría pasar. Cuando mi ginecólogo me examinó dijo las palabras más terroríficas que había escuchado, “vamos a hacer la cesárea”. De ahí todo transcurrió como si fuera una película, yo veía y escuchaba todo, pero se sentía como si no fuera conmigo.

Cuando me llevaban en la camilla por los pasillos del hospital, cuando me entraron a la sala de operaciones y me subieron a la mesa con todas esas sábanas color verde “hospital”, miré hacia arriba y vi esas enormes luces de operación, sentí el terror más grande en la vida y pensé “se acabó, me van a abrir...oh Dios!”. Estaba asustada y sola, acostada en esa camilla y lo único que evitó que me echara a llorar, eran las fuertísimas contracciones que sobrepasaba todo mi aguante. Esta situación fue especialmente traumática para mí, sobre todo porque a mi nunca me habían operado, ni hospitalizado en la vida, esto era completamente nuevo y horrible para mi.

Para no hacer el cuento de horror tan largo, la epidural que me pusieron no entró en efecto probablemente por los niveles de estrés que tenía mi cuerpo. Tuvieron que ponerme varias inyecciones, las cuales igual tardaban en hacer efecto, por lo cual me empezaron a cortar al mismo tiempo que tenía la última contracción y aun con la sensibilidad encima, lo sentí todo. Parecía el episodio de la película Saw.

No puedo explicar lo que sucedía con mi mente en esos momentos. Por el dolor de las contracciones y ser cortada por lo vivo, literalmente pensé que me iba a volver loca. Por fin la anestesia entró y solo era la sensación de como me estaban hurgando por dentro. Mi sorpresa y alivio fue cuando sacaron a la bebe y ella lloró...lloró! Nunca pensé que la iba a escuchar y como magia se me quitó el estrés que tenía. Ese llanto se me grabó para siempre en la mente.

Pasé tres días en el hospital. Estaba literalmente inválida, no podía moverme sin ayuda y orinaba por una sonda. Sentía un dolor muy fuerte cada vez que me movía y ni pensar en toser o estornudar, sería la muerte. Pero la tapa del coco fue cuando me tocó meterme al carro para irme a mi casa, sentía cada piedra, cada bache, cada desnivel que había en la calle por donde pasaba el carro (un saludo al MOP). Mi esposo tuvo que poner intermitentes y manejar no más de 60 kms por hora porque yo iba casi llorando de dolor.  

Por eso, aprovecho el espacio para enviarles mis respetos a todas esas mujeres que parieron por cesárea.

Quiero compartir estos videos de Ginni y su experiencia, que ojalá yo los hubiese visto antes de que me pasara todo esto y así hubiese tenido una noción más clara de lo que se puede esperar, igual me sirvieron mucho al saber que alguien más pasó por algo muy similar.

Cierro el post con las siguientes conclusiones:

  • Por más que se planee un parto nunca sale como lo imaginaste.
  • Ten lista tu maleta de hospital desde el tercer mes de embarazo, nunca sabes que puede pasar y es mejor estar adelantada a las cosas.  Al igual que la información sobre el hospital en donde planees da a luz, si es un hospital privado, te sugiero informarte muy bien sobre TODOS los gastos que te tocaran en diferentes escenarios. No te conformes solo con chequear la info que ponen en las páginas web, ve a hablar con alguien del lugar que te pueda instruir sobre todos los detalles.
  • Las contracciones son como los cólicos de la regla, solo que subidos a la 10ma potencia. Y es importante que las reconozcas para poder actuar antes de que algo malo pase.
  • Desde que te enteres que estás embarazada, ponte a ver todos los videos de partos y experiencias de embarazo de otras mujeres, nunca está demás tener esos conocimientos.

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