RENOVACIÓN DE UN CLOSET

¿Nunca les ha pasado que abren su armario y al mirar toda su ropa les entran unas tremendas ganas de cambiar toda la ropa?  A mi si, casi a diario.

El eterno problema de tener el armario lleno de ropa, pero sin tener nada que ponerse. O.K. Esto es porque nos cansamos, visualmente, de la misma ropa.
Cuando me pongo a sacar cuenta de cuanto me costaría hacer esa renovación completa de toda mi ropa, se me quitan todas las ganas de emprender ese proyecto.
Pero dejemos de lado un momento esa triste realidad y sigamos con el juego. Digamos que nos dieron una tarjeta de crédito sin límite para ese propósito (soñar no cuesta nada), ¿A qué tiendas iríamos, que clase de ropa compraríamos?

En mi caso muy particular, el problema no es del todo el dinero, es éste: Si hay del que me gusta, no tienen mi talla; Si tienen mi talla, no hay el color; Si hay color, no me queda y así sucesivamente.
Para la mayoría de las mujeres “normales”, salir de compras resulta ser una actividad gratificante y divertida; para mí, no lo es.  Siempre digo “Si yo pudiera pagarle a alguien que vaya y me traiga exactamente lo que quiero, lo haría y pagaría con gusto.” El hecho de salir de compras, para mi resulta una experiencia estresante, ya que me tengo que enfrentar al eterno problema que describí en el párrafo anterior y luego de no encontrar lo que busco, volver a casa llena de frustración sabiendo que perdí el día que pude haber utilizado para comer y dormir.

Que bonito seria salir de compras acompañada de un asesor de moda que sepa cada centímetro de mi cuerpo, lo que me queda y lo que no y además, que se sepa todos los “wines” de ofertas y promociones de la ciudad, para aprovechar al máximo cada centavo.
Otra de las cosas que suceden muy a menudo, es cuando estas en el vestidor de la tienda, la ropa te queda super, pero cuando te la pones unos días después para salir, te preguntas “¿En qué rayos pensaba cuando me la compré?!” Yo tengo en mi armario una sección especial para ese tipo de ropa.  Está muy bonita y todo, pero no la veo puesta en mí y me da lástima regalarla o botarla, así que la tengo ahí para verla nada más.
También tengo una sección en donde va la ropa bajo el título “Para una ocasión especial”.  Lo cierto es que esa ocasión nunca llega o casi nunca. Ese vestido de espalda abierta (demasiado abierta como para ir un día cualquiera al restaurante), esos leggins con print de vaca (pero es que son muy “cute”), ese abrigo con pelo artificial (por si algún día voy a los Alpes), etc.
Hay que admitir, que el clima y la “urbanización” de esta ciudad no cooperan mucho para usar cualquier ropa. Por esa razón, es que por más vestidos, leggins, pantalones y tacones que tenga, siempre de apuro termino poniéndome el clásico uniforme de jeans, suéter y zapatillas. ¿Entonces, para qué tanta gastadera en demás ropa? Tuviera un armario lleno solo de jeans, suéteres y un par de zapatillas!

Es porque lo que nos atrae realmente es el proceso de la compra, buscar, encontrar, adquirir y llevar a casa. No a todos, pero a la mayoría sí.  Los científicos han hecho estudios y le llaman “Comprador Compulsivo”.
Si es que tengo ese trastorno, quiero decir a mi favor que aún estoy en la etapa muy light.  He visto personas que lo llevan a otro nivel mucho más allá.
En fin, he optado por dejar de comprar extravagancias, por más atractivas que sean, porque sé que no las usaré para ir a ningún lado. Me imagino a mí misma saliendo de la tienda y usando esa pieza, si no me veo haciendo eso, entonces no la compro.

Ayuda en ocasiones llevar de compras a una amiga, pero esta debe ser más reservada que tu (tacaña), porque si es lo contrario, las dos perecerán en el intento. O si tienes un novio de esos que no tienen paciencia para esperar, llévalo, para que no te deje entrar en ninguna tienda fuera del itinerario previamente planeado por él mismo.
Y espera hasta lo último para ir de compras, cuando acumules una buena cantidad de ropa que necesites comprar, realmente necesites, así gastaras el dinero antes de que te puedas distraer en cualquier otra cosa no planeada.

La vida misma, debe ser una ocasión especial en todo momento. No hay que esperar que algo extraordinario pase para lucir despampanante y con despampanante no me refiero solo a la vestimenta, sino a la actitud también. Un par de vestidos de fiesta, otro par de pantalones de gimnasio y uniformes de trabajo, que el resto sea ropa cómoda para el día a día.

Aquí dejo mi vídeo sobre el "Hauling"

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